Sabemos que has escuchado muchas verdades y mitos sobre el uso de la protección solar y como este paso es tal vez uno de los más importantes en tu rutina diaria de la piel, no podíamos quedarnos sin hacer una mini enciclopedia con datos que seguramente te gustará conocer.

Empecemos con la primera regla de oro: el protector solar NO es solamente para los días soleados. Según la Fundación Irlandesa de la Piel, más del 90% de la radiación UV puede atravesar las nubes y por esto, aunque esté lloviendo o el día esté gris, el SPF es obligatorio siempre. En otras palabras: que no veas el sol, no significa que él no te esté viendo a ti. Y si estás pensando “hoy no salgo de mi casa”, te contamos que la luz azul de las pantallas (sí, esa en la que estás leyendo esto) también envejece tu piel en silencio.

Ahora hablemos del famoso SPF: factor de protección solar. Ese número que acompaña a las siglas no es un adorno; indica cuánto te protege frente a los rayos UVB. Recuerda que los rayos UVB son los responsables del bronceado, quemaduras solares y aumentan el riesgo de enfermedades en la piel mientras que los rayos UVA son los que causan el envejecimiento prematuro de la piel.

Por ejemplo, según el centro de cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas, un SPF15 bloquea aproximadamente el 93% de los rayos UVB, un SPF 30 el 97% y un SPF 50 logra hasta el 98% de estos rayos. ¿La parte clave? Ningún protector solar te cubre al 100% y mucho menos durante todo el día… Y por esto necesitas reaplicarlo de 2 a cada 3 horas, pues incluso los protectores solares con ‘números altos’ o ‘a prueba de agua’ pierden eficacia con el sudor y el paso del tiempo.

Ahora, si estás usando una hidratante o base con SPF, vas por buen camino… pero no es suficiente. De hecho, según un estudio de Beauty Pie (2024), 1 de cada 10 personas cree que no necesita protector solar si su crema hidratante ya lo contiene. La única verdad es que la cantidad y cobertura que necesitas solo la logra un producto diseñado exclusivamente para protegerte del sol. Sin excepción, tu rutina debe cerrar siempre con una capa generosa de protector solar.

¿Cuál deberías usar? En nuestro portafolio de protectores solares encuentras opciones para cada necesidad: para el cuerpo, para el rostro, para vacaciones, para el día a día, para hacer deporte y para pieles grasas, secas o sensibles.

La verdad fue, es y seguirá siendo la misma: el protector solar se aplica todos los días, sin peros y varias veces al día. Así reduces el riesgo de manchas, envejecimiento prematuro, pérdida de colágeno… y sí, también cáncer de piel

Porque una piel saludable no se improvisa, se protege todos los días—con intención, constancia y mucho SPF.