Rubores

Si tienes la piel grasa o propensa al acné, es recomendable utilizar un rubor en polvo para evitar obstruir los poros. Si por el contrario es seca, puedes optar por un colorete en crema para agregar un poco de brillo y luminosidad a los pómulos.
En cuanto al color, para pieles claras se recomiendan los tonos rosados. En pieles medias, tonos terracota o melocotón pueden funcionar muy bien, mientras que para las pieles oscuras los tonos más intensos, como el naranja, el bronce o los rubores con base rojiza, son la mejor elección.

El rubor en polvo es el tipo de rubor más popular y fácil de encontrar. Viene en una variedad de tonos y texturas, desde mate hasta satinado. Es ideal para pieles grasas y mixtas, ya que ayuda a controlar el brillo y a dar un acabado natural.

El rubor en crema tiene una textura ligera que es muy fácil de difuminar en las mejillas. Es ideal para pieles secas, ya que proporciona hidratación adicional.

El rubor líquido ayuda a dar un aspecto fresco y luminoso a las mejillas. Funciona bien para todo tipo de piel, pero especialmente para las maduras que necesitan un poco de hidratación adicional.

Y, finalmente, el rubor en crema es muy fácil de aplicar y es ideal para llevar en el bolso o para viajar. Viene en una variedad de tonos y texturas, desde mate hasta brillante.

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• -Utiliza una brocha o pincel específico para rubor.
• -Sonríe frente al espejo para encontrar el lugar donde debes aplicarlo. Allí donde se formen unas pequeñas arrugas, ahí es.
• -Sacude el exceso de producto de la brocha o pincel antes de ponerlo en el rostro.
• -Ponlo en tus mejillas y difumínalo hacia arriba de los pómulos haciendo movimientos circulares suaves para lograr un acabado natural.
• -Repite la aplicación si deseas un tono más intenso.