Tu cabello también necesita protección diaria. Descubre por qué el termoprotector es su mejor escudo —más allá del calor de las herramientas.


¿Te has preguntado por qué últimamente todo el mundo habla del termoprotector capilar? Tal vez lo has visto en TikTok o en las herramientas de tu peluquera, pero lo cierto es que este producto se volvió uno de los pasos más importantes —y más olvidados— del cuidado capilar.
Si alguna vez pensaste que el termoprotector era solo para las que viven pegadas al secador o la plancha… tenemos que contarte algo: también es para ti. Este producto, que antes parecía exclusivo de las peluquerías, hoy es un básico de rutina para cuidar el cabello de lo que más lo daña: el calor y el ambiente (sí, aun así, lo dejes secar al natural). Recuerda que tu cabello se enfrenta al calor todos los días, incluso cuando tú no lo notas.
Míralo así: este producto es como el bloqueador solar del pelo: no se ve, no pesa, pero lo protege de todo.
¿Qué hace exactamente?
Imagina que tu cabello tiene una capa invisible que lo defiende del calor, el sol, la contaminación, el viento, el cloro, el roce con la almohada y hasta del agua caliente en la ducha. Eso es el termoprotector. Una barrera que evita que el cabello se deshidrate, se quiebre o pierda brillo, y además sella la cutícula para mantenerlo suave y con un acabado más saludable.
En resumen: menos frizz, menos quiebre, menos puntas abiertas, más suavidad y más brillo.
¿Por qué se puso de moda?
Y es que el boom de los termoprotectores no es casualidad. Es tendencia porque la nueva forma de cuidar el cabello ya no se trata solo de peinarlo bonito ni de estilizados extremos, sino de mantenerlo sano. Entre TikTok, las rutinas “clean” y la nueva era de cabello saludable, este paso se ha vuelto un nuevo “no-negociable”.
Pero hay mucho más detrás de su fama: este paso, aunque parece pequeño, hace una gran diferencia. Las nuevas fórmulas con ingredientes como proteínas, ceramidas o aceites ligeros no solo protegen, sino que hidratan y reparan. Y vienen en versiones tan prácticas (spray, crema o aceite) que literalmente puedes aplicarlo en segundos.
¿Cómo aplicarlo correctamente?
Lava y acondiciona tu cabello como siempre y sécalo con una toalla suavemente (obviamente sin frotar). Aplica el termoprotector sobre el cabello húmedo (o seco, según el producto), distribúyelo de medios a puntas y péinalo con un cepillo o peine de dientes anchos para repartirlo bien.
Extra tip: úsalo también antes de exponerte al sol o al agua de piscina (y del mar), te ayudará a mantener el color y la suavidad.
Pequeño paso, grandes cambios
El termoprotector capilar es ese producto que marca la diferencia entre un cabello que se ve lindo y un cabello que se ve y se siente saludable. No se trata solo de evitar el daño térmico: se trata de prevenir, proteger y mantener la hidratación natural del cabello para que luzca suave, fuerte y con brillo real.
Incluirlo en tu rutina no te tomará más de 10 segundos, pero puede cambiar por completo la forma en que tu cabello se siente (y se ve).