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Así cuidamos nuestra piel (y lo que nos llevamos a 2026)

By Beautyholics

2025 fue el año de elegir mejor. Menos ruido, más intención y hábitos de belleza que sí se quedan. Descubre cómo redefinimos el cuidado personal y qué nos llevamos a 2026.

30 dic 25
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Mujer haciéndose su rutina de cuidado diaria en su hogar

Entre lanzamientos virales, rutinas interminables y recomendaciones que cambiaban cada semana, 2025 fue un año lleno de beauty. TikTok nos antojaba, las tendencias no duraban y parecía que muchísimos productos nunca iban a ser suficientes. Pero algo interesante pasó a lo largo del año: dejamos de perseguir la novedad y empezamos a buscar criterio. El cuidado personal se volvió más consciente, más informado y, sobre todo, más honesto. No se trató de tenerlo todo, sino de elegir mejor.

Este fue el año en el que pasamos de la obsesión al esencial. Y estas son las tendencias que definieron cómo nos cuidamos en 2025… y cómo seguiremos haciéndolo en 2026.

Skinimalism: menos pasos, más intención
El skinimalism dejó de ser una idea para convertirse en práctica real. En 2025 evolucionó hacia una versión más madura donde no se trata solo de usar menos productos, sino de entender por qué usas cada uno y cómo funciona cada ingrediente.

Rutinas más cortas, fórmulas multifuncionales y activos bien elegidos marcaron este enfoque. La piel dejó de ser una lista interminable de pasos y empezó a responder mejor cuando la cuidábamos sin excesos, dejándola respirar.

El turno nocturno del cuidado
Si el día era para proteger, la noche se convirtió en el verdadero momento de transformación. El foco se puso en la regeneración nocturna, respetando los ritmos naturales de la piel. Rutinas P.M., activos reparadores y texturas reconfortantes pensadas para actuar durante el descanso tomaron protagonismo, y dormir bien volvió a ser parte del skincare, no un complemento.

Esa lógica nocturna también se trasladó al cuidado capilar: aceites, mascarillas y tratamientos sin enjuague encontraron en la noche el momento ideal para nutrir y reparar el cabello mientras descansamos.

Slow Beauty: la belleza que se construye
Las promesas inmediatas perdieron credibilidad frente a una nueva mentalidad: la de construir resultados con el tiempo. En 2025 aceptamos que los resultados reales toman tiempo y que la constancia supera cualquier efecto instantáneo. El glow dejó de ser un filtro y se volvió un proceso. Rutinas que se sostienen, productos que se recompran y expectativas más realistas definieron esta tendencia.

Híbridos: maquillaje que suma, no que tapa
El maquillaje también cambió su rol. En 2025 tomó fuerza la tendencia de maquillaje híbrido, donde el color dejó de ser solo estético para cumplir una función real en la rutina. Bases con tratamiento, correctores con activos, pestañinas que cuidan las pestañas y fórmulas híbridas que combinan maquillaje y skincare marcaron esta etapa. Menos capas, más intención y productos que trabajan a favor de la piel.

Lo que sí nos llevamos a 2026
2025 no fue el año de tener más, fue el año de entender mejor. Aprendimos a escuchar nuestra piel, a respetar nuestros ritmos y a elegir desde el conocimiento, no desde la urgencia. Si algo se queda con nosotros en 2026 es esta idea: cuando el cuidado se vuelve consciente, la belleza deja de ser una obsesión y se convierte en un esencial.

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